
En compañía de Mimí Candila nos aventamos un tour a la Carbonera.
En “Chubas” comenzamos la caminata hacia el puerto de Abrigo y cruzamos nadando la boca de entrada a la marina.
El agua, aparentemente en calma, tenía una corriente bárbara, en un primer cruce para acarrear las cámaras digitales y los teléfonos fuimos salvajemente arrastrados por la corriente.
En el segundo cruce vino lo peor, pasar provisiones y otras pertenencias en una mochila que llevó Mimí.
Llegamos al otro extremo del canal un poco heridos, pues la marea nos aventó hacia una roca, entonces iniciamos la travesía.
Caminamos por las brechas que utilizan los cicloturistas por los manglares, hasta salir a la playa, la cual se encuentra carcomida por el oleaje.

No habíamos avanzado mucho cuando la playa se cerró y tuvimos que caminar dentro del mar que se aporrea en las rocas de arena que han petrificado las marejadas, un trayecto realmente extremo, para quienes gustan de emociones fuertes.
Lo bueno es que Mimí no se rajó y seguimos.

Un kilómetro después inició un tramo de “playa virgen”, como cuando llegaron los beeches (españoles) al nuevo mundo, daba la impresión de estar en la isla de Robinson Crusoe.
El asunto es que en el camino hay mucha basura que posiblemente arrastra el mar, por el difícil acceso a la zona y el accidentado terreno no creemos que exista un importante flujo de visitantes.

Vimos una gran variedad de aves, parvadas de patos, pelícanos, dunas, arena blanca y paisajes hermosos.
Llegamos a la Carbonera, un lugar bellísimo, es una réplica del Paraíso.

Para quienes tengan planeado intentar un recorrido hasta Sisal, háganlo temprano, antes de las 8 a.m., según los lancheros hay mas probabilidades de cruzar los charcos sin necesidad de nadar, pero no hay que confiarse con las crecientes, son impredecibles.
Hace muchos años era posible efectuar el tramo Sisal-Chuburná, pues había una vereda costera.
Primero fue el Huracán Gilbert quien cambió el panorama de la zona al abrir un boquete cerca de Xtul y modificar el manglar.
Desde entonces este recorrido no es tan sencillo, esto se agravó con Isidoro que amplió las dos bocas de entrada a los manglares, la de Chuburná y la Carbonera, a ciertos horarios es un suicidio intentar cruzarlas.
Del otro lado del charco el camino es mas accesible, dependiendo del clima, que es muy cambiante y va alterando el panorama del manglar, así que en un par de meses el paisaje se puede transformar.

Lo cierto es que desde la Carbonera hasta Sisal, hay una fauna que renace.Aunque todavía se practica la caza furtiva de patos el dificil acceso a la zona desalienta a los “tiradores”.
Nos platicó un maistro ex-cazador que cada vez que salía tiraba ¿hasta 200 patos?, que salvajada, un holocausto de patos, que prácticamente se extinguieron hasta ahora que empiezan a merodear de nuevo por la Carbonera.
:: 40 FOTOS TOUR A LA CARBONERA
:: REPORTAJE LA CARBONERA MILENIO-NOVEDADES
Mimí Candila es corresponsal de los blogs Fondo Yucateco y Enfoques.
Puchi vida...!
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