jueves, 25 de noviembre de 2010

Espiritu Deportivo en las 3 culturas

Durante el medio maratón de las 3 culturas, viví el espíritu y la grandeza que el deporte puede darnos a los seres humanos. Soy un corredor activo promedio digamos de media tabla y aunque como muchos, corro por salud y afición desde hace mucho tiempo, siempre queda el reto ante cada carrera de finalizarla honrosamente y por qué no mejorar. El día de la carrera de las tres culturas, no fue mi día, se conjugaron muchas cosas: primera vez que corría en esta competencia, la inusual desmañanada comparada con las demás carreras, la difícil condición de la carrera en si (inicio con los pies mojados por el pasto, piso irregular, riesgo del tránsito, extrema exposición al sol, etc.) mas otras mas de índole personal como olvidar los audífonos de mi ipod, entre algunas cosas.



En fin, sentí que las cosas no iban bien desde el principio y ya para el kilómetro 13 empecé a sentir calambres en la pantorrilla derecha...... aguanté hasta el km 15, hasta que después de un primer intento de la ambulancia de Acanceh por hacerme salir de la carrera, un engarrotamiento y dolor insoportable ya en mi pantorrilla me dejó tirado en la carretera. Recibí los primeros auxilios de la ambulancia de la SSP, pero quien realmente me ayudó y atendió fue alguien totalmente extraña para mí y que con absoluto desinterés, masajeó mi pantorrilla, estiró mis músculos y alivió mi profunda frustración por tener que abandonar la carrera . Ella es Maribel Novelo.



Ella había abandonado la carrera unos kilómetros atrás por problemas respiratorios, pero su espíritu deportivo no acabó con su participación, continuó su espíritu de atleta trabajando y quizá sin saberlo su participación más importante vendría después..... aún recuerdo sus palabras ante mi insistente necedad de continuar, pese al gran dolor que sentía: Hay que saber cuándo parar.... ¿para que te expones a estar 2 meses sin poder correr? me dijo con calidez mientras masajeaba mi adolorida pierna. Ella entendía mi frustración y continúo reconfortándome por más de 20 minutos hasta que me recuperé. En el camino de regreso a Acanceh, me contó que ella organiza la carrera Guadalupana, a la cual no tenía francamente interés de participar, pero después de saber que el propio espíritu del deporte manifestado en Maribel es quien la organiza, participaré con muchísimo gusto. Así de un fracaso para mi, recibí una gran lección de lo que nuestro deporte significa: El sentido de apoyo al compañero.... es lo que realmente puede hacernos grandes.

GRACIAS MARIBEL!!!!

Enviado por Enrique Buenfil

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